En conmemoración el día del Cerrajero, CACEBA organizó un viaje a Mar del Plata los días 15 y 16 de noviembre. Concurrimos más de 50 personas entre cerrajeros y sus familias y nos alojamos en el hotel FOEVA, de la Federación de vitivinicultores de la República Argentina.
CACEBA tiene un convenio de descuento para nuestros asociados, con este lindo y bien ubicado hotel, que queda a sólo cuatro cuadras de la Bristol. Llegamos el sábado temprano y luego de desayunar, cada cual tomó su tiempo libre para recorrer los lugares de Interés cercano y a la noche nos reunimos con colegas de Mardel para compartir una cena de camaradería.
Durante la cena en una de las fotos vemos a nuestro compañero Carlos Ortega, ignorando completamente que segundos después sería agasajado por la Comisión Directiva con una placa de agradecimiento por su colaboración invalorable y desinteresada en el crecimiento del conocimiento de todos los socios de CACEBA. La placa dice así: CACEBA a Carlos Ortega, colaborador y maestro, sus compañeros de comisión directiva, noviembre de 2003.
En una foto se ve a la esposa de nuestro prosecretario, con sus hijos, esta foto se destaca por lo original, ya que hasta ese momento no creo que a nadie se le haya ocurrido tomarse una foto con el lobo marino de fondo.
Algunas fotos son a la hora del desayuno, el domingo en el hotel antes de salir todos por una recorrida por la costa, antes de ir a almorzar a Sierra de los Padres.
En Sierra de los Padres se encuentra la gruta de los pañuelos, que muchos visitamos y aprovechamos para hacer un poco de ejercicio por la sierra y tomar fotos. Llegada la hora del almuerzo, nos sentamos a la mesa a compartir la comida, que incluía números en vivo con un dúo folklórico y cómico. Dúo en el que se destacaba el cantante por su simpatía y ganas de agradar naturales y potenciadas por los vapores del vino que la gente divertida le alcanzaba continuamente.
También hubo una cantante brasilera, haciendo canciones clásicas de saudade. Luego de los postres, posamos para la foto antes de subir al ómnibus que nos trajo sin ningún contratiempo de regreso a Buenos Aires.